De la cocina al cliente es la culminación del proceso: platos terminados, listos para conquistar la mesa. Trabajo en el pase, barra o mesa, eligiendo superficies y fondos que refuercen tu identidad (madera, mármol, pizarra, linos neutros) y controlando la luz para que el plato respire: key suave y direccional, relleno negativo sutil, brillos contenidos en salsas y cerámicas, blancos limpios sin quemar y volumen bien definido. La composición cuida el aire negativo y las líneas del emplatado; el punto de enfoque cae donde vive la textura —crujientes, glaseados, burbujas, vapor— y la colorimetría se mantiene fiel a lo servido.

El resultado es una galería que vende carta: hero shots de los platos estrella con variantes por ángulo (cenital, 45°, detalle) y, cuando conviene, maridajes o bebidas para completar la escena. Entrego una serie curada lista para carta, web, delivery y redes, con versiones en 4:5, 1:1, 16:9 y stories, además de pies de foto y alt-text para SEO y una breve guía de uso para conservar la coherencia. De forma opcional, puedo sumar un mini-reel del pase o del primer bocado. De la cocina al cliente muestra el plato en su punto, con elegancia sobria y una intención clara: abrir el apetito y elevar el valor percibido de tu propuesta.
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